La única lucha que se pierde, es aquella que se abandona.

La única lucha que se pierde, es aquella que se abandona.
Hay amores que matan, pero el tuyo... Me ha resucitado

sábado, 12 de enero de 2008

AHORA QUE TE ENTIENDO



Estoy sentada frente a la computadora chateando con amigas, eso no tendría nada de particular, si no fuera por que me acabo de dar cuenta de la música que estoy escuchando. En el preciso momento que me percate decidí escribir y dedicar este espacio a mis padres y a todos los padres del mundo, y a los que, como yo, no lo son, pero un día lo serán.

Les cuento, tengo varias quejas a cerca de mis padres, a mi padre siempre le ha gustado la buena música, la trova cubana, los grandes tenores, The Beatles, la música en italiano y por supuesto el rock, pero cuando éramos niñas mi hermana y yo aborrecíamos esa música, cuando mi papá hacia reuniones en la casa varias veces durante la noche nos despertábamos para pedirle que le bajara a la música… o mejor aun, que le apagara!!!

Por otra parte, mi mama, siempre ha sido fanática y maniática de la limpieza, si la casa no parecía un aparador de Liverpool ella corría el riesgo de sufrir un colapso nervioso, así que los fines de semana eran dedicados a los quehaceres .

Mi papa se levantaba temprano para ir a jugar tenis y luego llegaba corriendo a la casa para bañarse en tiempo record y poder ir a trabajar.
Siempre me desesperaba que su inútil actividad lo hiciera andar siempre corriendo!!!.

Mi mama, siempre nos contaba Historias terroríficas, sobre el primo de una vecina, amiga de no se quien, que se porto mal y los reyes solo le trajeron un pañuelo para llorar, o del niño que no obedeció y se metió a la alberca después de comer y se murió de un retortijón.

Cuando vamos por la calle, mi padre suele hacerles bromas a los empleados de las tiendas, a mis amigas cuando iban a la casa o a la gente con la que trabaja y todas las veces hacía que me diera pena ajena. Y no bastándole esto, a quien puede le cuenta su anécdota de cuando se perdió en el cerro de la Cruz. (La he escuchado 1000 veces)

Mi mama, habla 2 horas y media con mi abuela, quien vive a solo 15 minutos de su casa, lo peor es que hablan antes de que mi mama vaya a comer a la casa de mi abuela… y mi pregunta siempre fue… si se van a ver, por que desperdician el servicio medido?

Y así, puedo enumerar millones de cosas que siempre odie de mis padres, podría llenar hojas enteras de situaciones, anécdotas, y cosas muy particulares que me molestaron siempre y que me hacían desear fervientemente ser adoptada. La forma en que hablaban, los malos chistes de mi padre, la manera compulsiva en que mi madre enumera TODO (muñecos, trastes, cucharas, ropa, etc., Etc.).

Sin embargo, hoy al levantarme en la mañana y echarle azúcar a mi café me di cuenta que en mi casa falta una cuchara, (la número 5), después me fui al gimnasio y volví corriendo a bañarme para ir rápido al trabajo, al cargar gasolina le hice una broma al despachador y hace unos momentos hable hora y media con mi madre (a quien veré este fin de semana). A la hija de una amiga le dije que los reyes no le traerían nada si seguía llorando y le conté la historia del niño al que solo le dejaron un pañuelo. Y ahora estoy aquí, sentada escuchando a Pavarotti, bajando música de Silvio Rodríguez y pensando que el fin de semana que haga limpieza “profunda” tengo que buscar la cuchara que falta… esa, esa es mi realidad!!, luche tantos años de mi niñez y adolescencia en ser diferente a ellos que acabe siendo exactamente igual, curioso no?... la realidad es que ni siquiera me pesa, me da gusto, me sentí asustada y feliz al mismo tiempo. Pero me encuentro contenta de hacer ejercicio, de tener tan buena relación con mi mama que no me molesta pagar los cuentones de larga distancia, de poder escuchar música agradable, y de gastar mis vales de despensa en productos de limpieza.

No se que suceda cuando yo tenga hijos, seguramente me odiaran por querer tener la casa limpia, por hablar con su abuela o por contarles del niño que le dio neumonía por abrir el refri estando “caluroso”.

La realidad es que con la edad uno entiende a sus padres, una frase tan dicha y tan cierta, tan fuerte en el momento en que eres consciente de tu propia situación, tan dura cuando te das cuenta que aun en la distancia ellos viven en ti y siempre lo harán, tan molesta e incomoda cuando lo que deseas es regresar el tiempo y reírte de aquel mal chiste o de ayudar mas en la casa, por que los extrañas, por que quieres tenerlos cerca y decirles: Papá cuéntame, cuéntame otra vez ese chiste, esa historia, esa anécdota de cuando te perdiste en el cerro de la Cruz… es que, me encanta escucharla!!

HE ENTENDIDO TUS TIPICAS MANIAS, QUE AHORA SON PARA MI TU GRAN VIRTUD…. (Laura Paussini)